AUTOVALORACIÓN

¿Cuántas veces, luego de un gran éxito y ante la felicitación de los demás, te ocultas utilizando frases como “no fue nada” o “era mi deber”?

Según el reconocido psicólogo italo colombiano Walter Riso, desde pequeños se nos coloca un freno de emergencia que funciona como especie de adaptador a las normas y costumbres socialmente aceptadas, las cuales nos indicarán lo que es  bueno y lo que es malo, cómo comportarnos en cada situación y finalmente, dónde y cómo controlarnos. Según dice este especialista,  la sociedad entera conspira en orientar nuestras vidas y controlar nuestras expresiones de amor y reconocimiento propio.

Es lamentable observar cómo lo natural en nuestra cultura es que si alguien disimula sus virtudes, niega o le resta importancia a sus logros e incluso se auto castiga, es alabada y aceptada por todos. Pero lo realmente preocupante es que esta costumbre de no hablar bien de nosotros mismos frente a los demás la seguimos manteniendo aún estando solas.

Aparentemente, el precio de no parecer pedantes es la modestia excesiva y autodestructiva. Aún considerando que la autocrítica puede ser buena y constructiva para mejorar y seguir avanzando. Debemos asumir que la mayoría de los adultos de esta época hemos aprendido a culparnos por las cosas malas que suceden y a dudar de nuestra responsabilidad cuando salen las cosas bien.

Ser extremadamente autoexigente te llevará inevitablemente a funcionar de manera rígida e inflexible. Si eres muy crítico al evaluarte, podrías caer en el círculo vicioso en el que nunca te sentirás satisfecho con lo que haces, produciendo estrés y ansiedad en tu vida.

Por otro lado, hallazgos realizados en la psicología experimental, en los últimos años, han demostrado que la visión que tenemos de nosotros mismos determinará nuestra fortaleza o vulnerabilidad.

El no querer amarnos como adultos, significa que hace muchos años, alguien nos dijo algo dañino acerca de nosotros y le creímos. Esas creencias restrictivas, se alojaron inconscientemente en nuestro interior. Ten conciencia de esto. Pues  la única cosa sobre la que tienes control es sobre tu pensamiento actual. La crítica y la autocrítica nos encierra y nos hunde, la comprensión  y amabilidad con nosotros mismos nos fortalecen.

Tienes el derecho natural de complacerte y sentirte cómodo, de  hacer lo que deseas hacer y no lo que los demás quieren que hagas. Existen en ti dones y capacidades únicas esperando ser reconocidas, tienes una  particular manera de expresar tu vida. Deja marchar aquello que crees de ti y que te limita. No eres lo que otro dijo que eras, no importa si fue  tu madre o padre. Tampoco eres  lo que tus maestros autoritarios y tus familiares  expresaron con negativismo, no eres eso que la sociedad, la cultura o la religión condena.

Quizás tuviste momentos difíciles cuando fuiste niño o niña, quizás sentiste solo, quizás fuiste ignorado, humillado  o maltratado, careciste del amor y la atención que buscabas. La efectividad del cambio y del poder personal, es tomar tu pasado y aceptarlo como perfecto, dejarlo ir, no eres tus padres con sus temores o creencias, ni tu familia con sus paradigmas.

Cuando somos muy pequeños, lo único que deseábamos era amor y aceptación, esa búsqueda de amor fue modificando nuestras acciones hasta  convertirnos en adultos que buscan aprobación de otros. Pregúntate ¿Aún estás en busca de Aprobación?

La aprobación de los demás no tiene sentido si tu no te apruebas. La autoaprobación y auto aceptación son la clave para comenzar a valorarnos. Así comienza el camino hacia el amor por nosotros mismos.

"Dios  te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre  y  feliz.  Después podrás compartir la vida verdadera con los demás."

                                                                                                                                Facundo Cabral

Decide que está bien complacerte siempre que no perjudiques a nadie. Tu mente y tus sentimientos apoyarán todo lo que decidas pensar, es hora que te conviertas en tu mejor amigo y en la compañía que más  disfrutas.

Luisa Hay, en su libro “Usted puede sanar su vida”, recomienda este ejercicio, cada mañana, detente antes de salir de casa, mírate en el espejo y Pregúntate:

 ¿Qué haré hoy por ti?

¿Qué puedo hacer para que seas felíz en este día?

Recupérate y acéptate. Seguramente, tienes años de experiencia amando y cuidando a otros. Cuanto más te des a ti mismo, más tendrás para dar a los demás, es una expresión de tu felicidad interior.

Procura ser consciente de tus propias victorias y de cuando la calidad y la excelencia se manifiestan en tu quehacer, todo cuenta, reconoce que la evolución, la creatividad y el crecimiento se encuentran más allá, de tu lugar de trabajo, del escenario político, la cancha deportiva, el mercado o del salón de clases.

Durante este mes te invito a recordar que tienes derecho a quererte, a valorarte y a no sentirte culpable por ello. La autoaceptación lava y limpia tu cuerpo mental y emocional, es una elección amorosa y justa que  lleva alegría a tu corazón. Así lograrás experimentar sentimientos distintos y comenzarás a expresarte diferente acerca de ti mismo.

Recuerda: ¡Un triunfador se hace!

Mariby Pérez

                                                                                                                                      Mariby Pérez L.